Sobre Nosotros

En 1951, nuestro Abuelo Aldo decide emigrar desde Tornareccio, provincia de Chieti en Italia, hacia La Argentina. Se instaló junto a su familia en las verdes llanuras de la localidad de Navarro, a unos 100 Kilómetros hacia el Oeste de la Capital de Buenos Aires. Durante sus primeros años en la región, se dedicó al cultivo de ciruelas y duraznos para luego en el año 1957 emprender el establecimiento de colmenas aprovechando la experiencia y conocimientos de apicultura adquiridos en su pueblo natal. El desarrollo de su propio negocio contribuyó al sostenimiento de su familia y la adquisición de extensos campos fértiles, en los cuales logró producir en gran volumen una miel de excelentisima calidad. La empresa familiar creció rápidamente y dos de sus cinco hijos, Mauricio y Mario, comenzaron a participar en la elaboración de las mieles.

Con el paso de los años, la pasión de Don Aldo fue transmitida a Mauricio, quien mostraba un interés especial y un perfil similar al de su padre: exigente y dedicado.  Él fue el encargado de forjar el nuevo y renovado camino de ésta tradición apícola. Hoy en día los hijos de Mauricio, Gastón, Rodrigo y Nicolás continúan elaborando de manera tradicional una de las mejores mieles de La Argentina. Así nace una tradición familiar que se transmite de generación en generación y que lograr perdurar en el tiempo hasta la actualidad.